El sistema linfático es una red de ganglios linfáticos y arterias que transportan líquido linfático por todo el cuerpo. Los fluidos linfáticos incluyen glóbulos blancos que combaten las infecciones. Los ganglios linfáticos funcionan como filtros, recolectando y eliminando gérmenes y virus para evitar que la enfermedad se propague.
Si bien el sistema linfático normalmente defiende su cuerpo, los linfocitos, que son células linfáticas, pueden volverse malignos. Los linfomas son el término médico para las neoplasias malignas que afectan el sistema linfático.
Los linfomas, o tumores del sistema linfático, representan casi la mitad de todos los cánceres de la sangre diagnosticados cada año. Este sistema, que se compone de ganglios linfáticos en el cuello, las axilas, la ingle, el pecho y el vientre, elimina los desechos de su cuerpo y crea células inmunes. Las células de linfoma se forman cuando los linfocitos anormales, un tipo de glóbulo blanco que combate las infecciones, proliferan y se acumulan en los ganglios linfáticos. Estas células malignas debilitan su sistema inmunológico con el tiempo.
El linfoma es una categoría de neoplasias de linfocitos malignos con más de 90 subtipos. El linfoma es una neoplasia maligna que comienza en las células del sistema inmunitario del cuerpo.
Significado del linfoma
Los linfomas son cánceres que se originan en el sistema linfático (las diferentes glándulas linfáticas de todo el cuerpo) cuando proliferan los glóbulos blancos aberrantes. Los linfomas son el sexto tipo de cáncer más frecuente en el mundo.
Hay dos tipos de linfoma, cada uno de los cuales se disemina y se trata de manera diferente:
- Linfoma no Hodgkin (que representa aproximadamente el 90% de los linfomas)
- Linfoma de Hodgkin (que tiene una apariencia característica en las biopsias).
Saber qué forma de linfoma tiene es fundamental, ya que influye en sus opciones de tratamiento y pronóstico (pronóstico). Si no está seguro de qué tipo tiene, consulte a su médico para que pueda recibir la información correcta.