La enfermedad de Grave se desarrolla con mayor frecuencia en mujeres, así como en personas con antecedentes familiares de trastornos tiroideos, personas con otras afecciones autoinmunes y mujeres durante el embarazo o que recientemente pasaron por el parto. Los estudios demuestran que 1 de cada 200 personas padece la enfermedad de Graves. Debido a factores hormonales, las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir de ella.
¿Cuál es la enfermedad de Graves?
Según la Asociación Americana de Tiroides, la enfermedad de Graves es una enfermedad autoinmune que conduce a una sobreactividad generalizada de toda la glándula tiroides o "hipertiroidismo". Es la causa más común del hipertiroidismo. Lleva el nombre de Robert Graves, un médico irlandés, que describió esta forma de hipertiroidismo hace unos 150 años y ocurre de 7 a 8 veces más comúnmente en las mujeres que en los hombres.
Más específicamente, la enfermedad de Graves es desencadenada por un proceso en el sistema inmune del cuerpo, que normalmente nos protege de invasores extranjeros como bacterias y virus. El sistema inmunitario destruye invasores extranjeros con sustancias llamadas anticuerpos producidos por células sanguíneas conocidas como linfocitos. A veces, el sistema inmunitario puede activarse para producir anticuerpos que interfonúnse con proteínas en nuestras propias células sanas. En muchos casos estos anticuerpos pueden causar la destrucción de esas células. En la enfermedad de Graves, estos anticuerpos (llamados anticuerpos receptores de tirotrotropina ("TRAb") o las inmunoglobulinas estimulantes de la tiroides ("ETI") hacen lo contrario que hacen que las células se sobretraen. Los anticuerpos producidos debido a la enfermedad de Graves se unen a los receptores en la superficie de las células tiroideas y estimulan esas células para que sobreproducan y liberen hormonas tiroideas, lo que resulta en una tiroides hiperactiva (hipertiroidismo).